No me preguntes

Si has vivido alguna vez en un mundo imaginario,
no te hará cambiar.
Y si alguna vez has vivido algo,
te lo hará recordar.

Cuando volamos a través de los sueños
no queremos volver.
Intentamos parar el tiempo
para que no se marchen jamás.

No me preguntes
donde me llevara el viento.
No me preguntes
si lo que espero es un comienzo.

Un camino que me lleve a algo.
Un juego que me haga reír.

Si alguna vez viviste en una parte de tu imaginación,
sabes que no fue solo un sueño.
Si alguna vez has soñado con alguien,
me comprenderás.

Aunque te parezca extraño,
estas ligaduras me hacen libre.
Correr libre por el cielo
y aparecer cuando me necesites.

No me preguntes
que viento he escogido.
No me preguntes,
solo espérame en la salida.

Tal vez viajemos juntos.
Tal vez cambiemos las cosas.

El río

Un día oí que la vida es como un río,
que cambia de rumbo a medida que la vives.
Que está lleno de tus mejores sueños
y lo recorren sin descanso.
Traté de bañarme todo lo que pude,
pero las nubes se agolparon
y descargaron su agua con furia
desbordándolo ante mi.

Seguiré el lecho seco del río
buscando las nubes que se fueron.
Vigilando los cambios del viento
que se llevan mi ilusión.
No mirare hacia mi destino
por si alguna vez no lo encuentro.
Solo veré el lecho seco del río
bajo mis cansados pies.

Durante mucho tiempo esperé
que las cosas cambiasen por si solas.
Pero el mañana
nunca se convierte en hoy.
Si alguna vez no me ves,
no es porque haya abandonado.
Camino por la orilla
para ver mejor el fondo.

Seguiré el lecho seco del río
buscando un pequeño charco de agua.
Vigilando los cambios del viento
que me traerán tu sonrisa.
No mirare hacia mi destino
porque no lo busco.
Solo veré el lecho seco del río
Bajo mi cansado espíritu.

Si me ves pescando
sentado en la orilla,
No pienses que estoy loco.
solo intento recordar como era.

Seguiré el lecho seco del río,
así que búscame allí.
Vigilando los cambios del viento
que desplieguen las velas de mi velero.
No mirare hacia mi destino,
únicamente en tu dirección.
Solo veré el lecho seco del río
por donde voy pisando los terrones.

Cuando la edad se hace patente no solo por las canas

Hoy en día todavía seguimos hablando del tiempo en el que salíamos viernes, sábado y domingo de fiesta. Tres días a la semana. Cuatro semanas al mes. Lo que hace un total de doce días de treinta. Casi medio mes de fiesta. Aquella si que fueron grandes momentos. Pero como dice el dicho, tiempo pasado nunca fue mejor. Y es posible. Pero este fin de semana me ha dado que pensar. Antes rezaba porque llegasen las fiestas de aquí y poder disfrutar de ellas. Si, sigo esperándolas con muchas ganas, pero con la diferencia que ahora salimos el primer día y después de subir las escaleras de casa de rodillas bien entrada la mañana y al día siguiente somos incapaces de salir. Y claro, como ahora eres una persona adulta y con responsabilidades, no puedes salir entre semana. Esta visto que somos incapaces de aguantar ese ritmo, a pesar de seguir intentándolo. Pero bueno, aunque los momentos sean más escasos, seguimos disfrutándolos con la misma intensidad. Porque aunque la edad se hace patente en nuestras vidas, nosotros seguimos siendo mentalmente unos niños. Aunque tengamos que pasar dos días en casa con resaca y viendo películas por cada día que pasemos disfrutando de unas fiestas.

Un momento de relax

Siempre he admirado a las mujeres como mi madre. Son capaces de llevar una casa, criar unos niños y aun así tienen tiempo para ellas y hacerlo sin rechistar. Me cuesta creerlo, pero deben estar hechas de otra pasta. Ahora que tengo un trabajo que me ocupa casi todo el día, casi no tengo tiempo para nada. Me levanto, desayuno, voy al trabajo, vuelvo, me ducho, hago la cena y la comida del día siguiente, ceno y me voy a la cama. Poco tiempo para más. Aunque soy capaz de escribir algo en apenas 5 minutos, necesito algo más para poder plasmar lo que deseo. Supongo que a ti también te pasa. Aunque sepa cada palabra que voy a transcribir, aunque cada letra la tenga escrita en mi mente, necesito cerrar los ojos y mirar en mi corazón para poder expresarlas sin equivocación y con todo el sentimiento que me producen. Y eso es precisamente lo que me llena de desazón. No poder tener ni un momento para descargar todos mis pensamientos y escribirlos. Porque este trabajo me deja mucho tiempo para pensar, soñar. Las palabras fluyen por mi mente como un río lleno de peces y a veces tengo la sensación de que se van a desbordar. Pero bien, si lo miras por el lado bueno es mejor así. Podré pulir mis pensamientos, mejorarlos en expresión. Así tal vez alcancen un nivel superior. O tal vez sea yo el que este en un nivel superior!!! En algún momento dejare de soñar.

Una idea

Llueve
y no hay nubes en mis ojos.
Puede que todo no vaya bien.
Puede que todo no sea perfecto.

He caído demasiadas veces
para arrojar la toalla.
Aunque este oscuro
no perderé el camino.

Solo estoy esperando
un día soleado
que se lleve las nubes
que se ciernen sobre mi cabeza.

Cuando bajo los brazos
trabajo duro para levantarlos.
No me preocupo
porque se que estarás allí.

Cuando me faltas
el camino se hace pedregoso.
La calle parece un laberinto
y necesito que me saques de allí.

Solo estoy esperando
un día soleado.
Que desaparezca la lluvia
que inunda mi corazón.

Los duros momentos
buscan una grieta en el sol
para introducir el frío
en el alma humana.

Una sonrisa
hace vibrar mi ser.
Da calor a mis tristezas.
Y la estoy esperando.

Solo estoy esperando
un día soleado.
que ilumine mi camino
antes de que me pierda.

Espero
un día soleado
que me enseñe tu sonrisa
y desborde mi felicidad.

Rompetechos de segurata

Isaac Newton dijo que la velocidad es igual al espacio recorrido entre el tiempo transcurrido (v=e/t). Pero cuando Albert Einstein expuso en su Teoría de la Relatividad que el tiempo no es absoluto, supongo que lo dijo refiriéndose a mí. No en egocentrismo ni mucho menos. Los que me conocen saben que no uso reloj y que aunque lo usase, ¿de que serviría? Mi percepción temporal es como la describió Eisntein, relativa, muy relativa. Algunos saben de lo que estoy hablando. No seria la primera vez que digo cosas como: “Os acordáis el año pasado cuando…”. Seguramente fue algo sucedido hace tres o cuatro, pero que mas da. Recuerdo el hecho, aunque no recuerdo cuando sucedió. Pero no solo me sucede con sucesos más o menos distantes en el tiempo. Me ocurre también con cosas que han pasado unos pocos días antes. Terrible, lo se. Pero eso no queda ahí. Con el espacio me ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Que nadie se sorprenda si soy capaz de perderme en un lugar en el que he estado más de cincuenta veces. ¡Si me perdí en mi propia casa! Si alguna vez alguien se encuentra conmigo y voy con la mirada perdida, seguramente sea porque estoy pensando en mis cosas y me habré perdido o simplemente voy al pueblo de al lado pasando por Roma. ¿Y a caso no van todos los caminos a Roma? Pero ese no es el problema del espacio del que quería hablar. Si no de mi otro problemilla con el espacio. La capacidad que tengo para tropezarme con cada una de las cosas que me rodean. Raro es el día que no tenga un traspié, un resbalón o simplemente un golpe con alguna pared. Y es por eso por lo que no tengo explicación para una cosa igual. Mis últimos trabajos han tenido que ver de una forma u otra con la seguridad. Primero, en centros comerciales siendo vigilante y este ultimo, colocando vallas y redes de seguridad. Espero que si alguna vez alguien la tiene explicación de este extraño caso, espero que me lo diga. Y en cuanto a Sir Newton solo decirle una cosa: “La velocidad es desigual si tenemos en cuenta un espacio cambiante y un tiempo volátil a ojos de un despistado.”

Y llegó el día

Llegó uno de los días que mas espero del año. Aquel en que mis padres emigran a Zaragoza y me quedo solo. Pero ayer recibí un par de noticias. Por separado su signo es muy distinto al que tienen al haber sido recibidas al mismo tiempo. La primera la recibí por la mañana. Me ofrecieron un trabajo. Genial, aunque el contrato solo sea por un mes, prorrogable si el trabajo se da bien. La segunda noticia que recibí fue la de que mis padres no se iban dos meses como yo creía, si no solo un mes. Cruel destino el mío, que creía poder disfrutar de la soledad de mi persona durante un largo periodo. Tenia muchos planes para estos dos meses de verano, pero al reducirse a la mitad el ciclo, deberé aprovechar mas el tiempo. Así pues, por separado, la primera noticia resulta ser genial y terrorífica la segunda. Pero al unirse en tan corto espacio de tiempo, resulta dar un giro inesperado. Justo el único mes del año que puedo pasar tranquilo me sale un trabajo que dura justo ese periodo de tiempo. Cruel fatalidad que recorta más aun mi breve espacio de libertad. Pero por suerte para mi, ya que espero poder continuar en el trabajo pasado el primer mes, mis padres vuelven antes de lo previsto y podré disponer de algo mas de tiempo al salir del trabajo y no consumirlo por completo en compras, cocina, plancha y limpieza. Al menos poseeré un par de minutos para sentarme en una silla y suspirar mientras miro al cielo de mi habitación. Veremos como discurre el tiempo.