Cuando la edad se hace patente no solo por las canas

Hoy en día todavía seguimos hablando del tiempo en el que salíamos viernes, sábado y domingo de fiesta. Tres días a la semana. Cuatro semanas al mes. Lo que hace un total de doce días de treinta. Casi medio mes de fiesta. Aquella si que fueron grandes momentos. Pero como dice el dicho, tiempo pasado nunca fue mejor. Y es posible. Pero este fin de semana me ha dado que pensar. Antes rezaba porque llegasen las fiestas de aquí y poder disfrutar de ellas. Si, sigo esperándolas con muchas ganas, pero con la diferencia que ahora salimos el primer día y después de subir las escaleras de casa de rodillas bien entrada la mañana y al día siguiente somos incapaces de salir. Y claro, como ahora eres una persona adulta y con responsabilidades, no puedes salir entre semana. Esta visto que somos incapaces de aguantar ese ritmo, a pesar de seguir intentándolo. Pero bueno, aunque los momentos sean más escasos, seguimos disfrutándolos con la misma intensidad. Porque aunque la edad se hace patente en nuestras vidas, nosotros seguimos siendo mentalmente unos niños. Aunque tengamos que pasar dos días en casa con resaca y viendo películas por cada día que pasemos disfrutando de unas fiestas.