lunes, octubre 30, 2006

Las 4 estaciones

Tu embriagadora voz, como el aroma de las flores de Primavera.
Tu radiante sonrisa, como el sol que calienta en Verano.
Tu mirada melancólica, como las hojas caídas en Otoño.
Tu piel, blanca como la nieve que cae en Invierno.

sábado, octubre 28, 2006

Una bonita tarde

¡Galopa maldito jamelgo! Galopa por las extensas y yermas praderas del Infierno. Deja que tu amarillenta baba caiga pesadamente sobre su reseca tierra y que tu pestilente aliento inunde su sulfatada atmósfera.

Subamos esas colinas de roídos huesos. Que tus cascos golpeen con dureza el piso. Quiero oír el agradable sonido. Quiero oír como suenan los muertos al ser aplastados a nuestro paso

Crucemos lentamente el río de cuerpos putrefactos. Dejemos que sus desgarradas manos intenten agarrarnos y quitémonoslas de encima con una desdeñosa patada y soltemos una sonrisa maliciosa mientras vemos como los cuatro malditos jinetes se acercan. Permitamos que nos flanqueen mientras pasamos un momento pisoteando cuerpos. ¡Como disfruto oyendo esos gritos y lamentos tan desgarradores e histéricos! Tan putrefactos. Tan descoloridos y marchitados. Me alegra ver a mis nuevos acompañantes complacidos por este pequeño pasatiempo que nos tomamos. ¡Desdichados! ¡Si no queréis sufrir, no haberos internado aquí!

Querido podenco de mirada psicótica y vidriosa, me encanta vivir estos dulces momentos sobre tu retorcido lomo. Adoro pasear alegremente por mi plácido Reino.

jueves, octubre 26, 2006

A tu lado

Caminar a tu lado.
Sentir el calor de tu mano
agarrada a mi cintura.

Escuchar tu respiración
Suave y pausada
Cerca de mi oído.

Notar tu cuerpo
deslizarse por mi brazo
a medida que tus pies
se mueven sobre el húmedo piso.

No puedo mirarte.
Me pongo tan nervioso
que tropezaría con mi propia sombra.
Me siento como un niño a tu lado.

miércoles, octubre 25, 2006

¿Quién me ha robado el otoño?

Llevo varios días escuchando que llego el otoño y por mucho que miro a través de mi ventana no logro verlo. Siempre he amado al invierno por encima de las demás estaciones, pero guardaba un lugar especial en mi corazón para el otoño. Supongo que el perpetuo estado de melancolía que me ha invadido a lo largo de mi vida ayuda a ello. Esos días grises que vislumbran una pronta tormenta, esa alfombra dorada que cubre el piso de los lugares donde aun perduran los árboles, ese aire de ternura y romanticismo que flota en el ambiente parecen haberse difuminado. Todos podemos sentirnos culpables de ello. Los entendidos achacan esto al calentamiento global de la Tierra. Días calurosos de verano se entremezclan con días fríos de invierno. Hoy puedo pasear por la calle con una simple camiseta y unos pantalones cortos, pero se que debo tener cerca un jersey u una cazadora porque mañana puede llover.
Y aquí sigo esperando que llegue mi llorado otoño. Deseo poder caminar entre las hojas caídas, sentir ese olor especial que tiene el otoño y que hemos perdido. Se que los amantes de la primavera se sentirán igual. Los hemos perdido y espero que no sea demasiado tarde para recuperarlos.

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domingo, octubre 22, 2006

Diario de un retiro

Día 2
No pase muy buena noche. Entre mi insomnio, la ligera tendinitis de mi brazo derecho unida a mi forma rara de dormir, la dureza de la cama, un colchón que no pesaba y dejaba escapar las sabanas dormí más bien mal. Así pues, me levante temprano, abrí las ventanas de mi cuarto y me dirigí a encender el calentador para poder tomar una reparadora ducha. Pero la fortuna del desafortunado se me debió acabar. No se encendía. Comprobé que todo estaba bien. La llave del gas abierta, gas en la bombona (por supuesto) y una cerilla para encender. Nada. Solo desesperación. ¿Como podía estar 10 días encerrado en un lugar sin agua caliente? Iba a encerrarme en un retiro espiritual, no a convertirme en un guarro ermitaño. Después de dar un par de cabezazos a la mesa, presa de la desesperación, hice lo único que podía hacer: calentar agua en el microondas para lavarme la cabeza y hacer las maletas. Antes de mediodía ya había hecho todo y había dejado la casa como me la encontré. Y así salí del infierno, con un bocado de Cervero entre las piernas. Arranque el coche dispuesto a hacer los 400 km de vuelta. Puse la música y me fui. Fue gracioso ver los carteles que indicaban el desvío a Barcelona escuchando durante más de la mitad de mi viaje a Queen. Seguro que alguien se hubiese reído mucho si hubiese visto esa situación. Yo solo lo hice durante un segundo.

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Haiku (II)

Usa tu móvil
Quiero oír tu voz
Escribe algo

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Diario de un retiro

Día 1
El día comenzó tan gris y triste que parecía ser una prolongación de mi ser.
Me levante temprano porque había cosas que hacer. Las maletas ya estaban hechas, pero todavía quedaban un par de flecos. Una ducha rápida, un desayuno apresurado y a por el autobús. Debía ir a un par de lugares que ya conocía (o al menos las calles donde se encontraban), así que me acomode en mi asiento y subí el volumen de la música. Deje que me envolviese y cayese en sus garras.

Because we need each other
We believe in one another
And I know we're going to uncover
What's sleepin' in our soul

Me baje en la parada y comencé a caminar hacia mi primer objetivo. Tan absorto estaba en mi mundo, que tras un par de minutos de deambular me di cuenta que no sabia donde estaba. “Gira a la derecha en la primera intersección”, me dije. Siempre he dicho en mas de una ocasión que soy una persona desafortunada y lo mantengo, porque al girar me di de bruces con el lugar que buscaba. “Una gran fortuna” dirás, pero no lo creo. Suelen ocurrirme estas cosas. Demasiada fortuna para nimiedades y ninguna para lo que realmente es importante para mí. Así que se podría decir que soy un desafortunado con fortuna.
La segunda calle que buscaba se cruzaba con la que estaba, así que allí fui. Llegue a la intersección y mire a un lado y a otro. Si lograba divisar algún portal, podría orientarme. Nada. Esta vez elegí la izquierda. Tras un par de pasos me di cuenta de mi error. Para llegar a tu destino siempre hay que hacer un giro a la derecha… Bueno, no en todo. Terminado todo, me dirigí a la estación.

We the people fight for our existence
We don't claim to be perfect
But we're free
We dream our dreams alone
With no resistance
Fading like the stars we wish to be

Esta vez sabía el camino de vuelta. Sin pérdida. Llegue a casa y recogí las maletas. Mi padre me ayudo a bajar el resto de encargos y me dijo eso que siempre dicen y deberían grabar en un cassette. “Ten cuidado. No vayas rápido. Si te pierdes, llámame”. ¡Eh, que soy despistado, pero tengo un límite! Vale, si tuviese un GPS conseguiría que se perdiese. Pero bueno, sigo por aquí. Puse la música y arranque.

Enola Gay, you should have stayed at home yesterday
Aha words can't describe the feeling and the way you lied


Si, ese avión debe ser mi coche y yo la Bomba H. Dirijámonos a Hiroshima. Cerré los ojos y respire hondo. No me gusta conducir. Más bien, lo odio. Así que para hacer 400 km tendría que tener paciencia. Adelante.
El viaje fue bien. En Logroño tomé un “bocadillo”, por llamarlo de alguna manera, de bacón con queso y una Coca-Cola. Menos de 5 min para el servicio y el engullimiento y de nuevo en ruta. Unos 150 km para Zaragoza. Mas de 300 para Barcelona. Mi corazón hace tiempo que se quedo allí, y por poco mi destino me había llevado a vivir allí. Pero no era donde iba. Tenía cosas que aclarar. El cielo descargo todas sus lágrimas a medida que mi sonrisa crecía. Llegue sin “problemas” al Infierno. Bueno, me perdí, pero solo durante un par de minutos. Un giro a la derecha (si, de nuevo) y de vuelta. Al llegar, espere encontrarme a Virgilio, pero solo me encontré con Cervero vigilando quien entraba en el pueblo. Ya una vez, sobre el papel, me quede en el tercer circulo del purgatorio junto a Virgilio y toda mi vida he vivido entre el purgatorio y el infierno, rozando con los dedos el paraíso. Entre en la casa y comencé a hacerla mía. Luz, agua, ventanas abiertas. Por ultimo, deshacer las maletas:
La ropa (no mucha, total, casi no saldría de casa), el dvd y las películas, la música y el papel para escribir. Solo me faltaba hacer la lista de la compra.
Ya había iniciado mi retiro.

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sábado, octubre 21, 2006

Haiku (I)

Sonrieme ya
Hazme feliz una vez
Quiero volar

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martes, octubre 17, 2006

Y sin embargo

Y sin embargo, una sonrisa tuya alegraría mi corazón.

Y sin embargo, una caricia tuya me haría volar.

Y sin embargo, el suave contacto de tus labios en mi mejilla me derretiría.

Y sin embargo, tu dulce voz me haría vibrar.

Y sin embargo, me levanto todas las mañanas en la oscuridad de mi cuarto

mirando solo un techo que no logro ver.

lunes, octubre 16, 2006

Un mundo sin sueños

Llevo muchos días sin escribir nada, pero no es porque no tenga ninguna idea, si no mas bien porque tengo un gran revoltijo emocional en mi cabeza. En parte por cansancio físico y mental y en parte por desidia, no me he centrado ni parece que tenga muchas ganas por centrarme. Desde hace unos días estoy viendo en la televisión un anuncio de un coche donde hablan de la Pirámide de Maslow. En el primer escalón aparecen las necesidades primarias y en el último las necesidades de autorrealización. Los sueños. Cuando durante una clase de economía le dije a mi profesora que salvo el primer peldaño, el resto me parecía que estaba invertido. Ella, con una mirada desdeñosa, me respondió con un “viniendo de ti, no me esperaba otra cosa”. Siempre he sentido que no encuentro mi sitio en ninguna parte. Y como voy a encontrarlo si los sueños son tan poco importantes en el mundo. Y ahora que me ha llegado la oportunidad con un trabajo estable y quien sabe si para siempre, me paro a pensar: “¿Realmente es lo que quiero? ¿Tener un trabajo estable que me permita ahorrar para poder comprar una casa? ¿Ser como los demás?”. Si yo seria feliz con una simple sonrisa, con una simple caricia y la realización de un sueño imposible. Si mi felicidad seria poder dormir y soñar que mis sueños se han hecho realidad. Que cuando abra los ojos todo sea de verdad. Pero se que eso no es mas que un imposible, por mucho que lo desee, y que este mundo no esta hecho para los soñadores, sino para los que escalan la Pirámide escalón a escalón. Que mi vida tendrá que convertirse en la vulgar vida del resto. Tener un trabajo fijo, una casa, un coche,… Que tendré que dejar de lado mis sueños y no escapar y dejar todo por amor. Y que aunque me muera de amor lo tendré que hacer en el “mundo real”, en un “trabajo real”. Que este no es lugar para los soñadores y que tal vez sea esa la razón por la que nunca me encontré a gusto aquí. Y esa es la razón por la que me voy estos días de vacaciones a un pueblo perdido de Zaragoza, para pasar un tiempo solo, poner mi mente en orden y curar mi corazón.

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viernes, octubre 06, 2006

En un día gris cualquiera

Ayer fue un día gris, triste, melancólico. Cayó una suave llovizna durante gran parte del día. Esa clase de llovizna que no molesta al caer, pero que antes de que te des cuenta te ha empapado por completo. Cuando el cielo daba por hecho que la ración de agua había sido suficiente, daba paso a su buen amigo el viento. Viento que venia del lejano norte. Frío. De ese frío que se te mete en las entrañas y cuesta tanto sacar.
Pues estaba yo en estas, con la mente en lugares tan remotos que mi cuerpo no llegaba a divisar, cuando por el rabillo del ojo vi pasar un haz de luz brillante. Deje mis sueños, porque mi trabajo hacia ya algunos minutos que lo había dejado, y fije mi atención en esa luz. El cielo estaba gris. De un gris tan oscuro que saber que era mediodía debías mirar el reloj de la cercana farmacia. Y en medio de ese paisaje tan melancólico y frío, una paloma tan blanca como la nieve osaba cruzar el tortuoso cielo. Era de un color tan intenso que es normal que la confundiese con un haz de luz. De hecho, los tímidos rayos de luz que lograban sortear las negras nubes se reflejaban en su plumaje como un espejo refleja la luz de una lámpara. Me quede circunspecto mirando la escena. Apenas podía pestañear y no aparte mi vista hasta que el punto luminoso se escondió tras el bosque de ladrillos y hormigón. Dudo mucho que ninguno de los “Machus Ibericus” que me rodeaban pudiesen llegar siquiera a intuir la escena que presencie. Y si la llegasen a intuir, lo verían como una ñoñería de alguien al que consideran raro por no tener la escala de valores de los neandertales.
Si hoy hubiese sucedido esa escena, habría apretado los dientes, hubiese fabricado una honda tan rápido como hubiese podido y la hubiese lanzado contra ese maldito pajarraco. Antes de que su cuerpo tocase tierra, le hubiese partido el cuello en dos y me hubiese bebido su sangre. Que efímera es la belleza, casi tan efímera como la alegría.

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domingo, octubre 01, 2006

Esta noche

Quédate a mi lado esta noche.
Cubre mi cuerpo con tu piel.
Envuélveme con tu calor toda la noche.
Rodéame con tus brazos
y haz que tu cuerpo se una al mío.
Deja que tu fragancia se introduzca
por cada uno de mis poros
y que pueda respirar
con cada uno de tus suspiros.
Consigue que nuestros cuerpos
se entrelacen en un acompasado movimiento
y que nuestros labios se choquen
desde el ocaso del astro rey
hasta que el trinar de los pájaros llegue
con el sugerente alba.
Permíteme dormir apoyado en tu regazo
y cuida de mis sueños,
que yo cuidare de los tuyos
mientras te resguardo en mis brazos.
Haz que ocurra esta noche
y cada una de las noches
hasta el fin de los tiempos..