Día 1
El día comenzó tan gris y triste que parecía ser una prolongación de mi ser.
Me levante temprano porque había cosas que hacer. Las maletas ya estaban hechas, pero todavía quedaban un par de flecos. Una ducha rápida, un desayuno apresurado y a por el autobús. Debía ir a un par de lugares que ya conocía (o al menos las calles donde se encontraban), así que me acomode en mi asiento y subí el volumen de la música. Deje que me envolviese y cayese en sus garras.
Because we need each other
We believe in one another
And I know we're going to uncover
What's sleepin' in our soul
Me baje en la parada y comencé a caminar hacia mi primer objetivo. Tan absorto estaba en mi mundo, que tras un par de minutos de deambular me di cuenta que no sabia donde estaba. “Gira a la derecha en la primera intersección”, me dije. Siempre he dicho en mas de una ocasión que soy una persona desafortunada y lo mantengo, porque al girar me di de bruces con el lugar que buscaba. “Una gran fortuna” dirás, pero no lo creo. Suelen ocurrirme estas cosas. Demasiada fortuna para nimiedades y ninguna para lo que realmente es importante para mí. Así que se podría decir que soy un desafortunado con fortuna.
La segunda calle que buscaba se cruzaba con la que estaba, así que allí fui. Llegue a la intersección y mire a un lado y a otro. Si lograba divisar algún portal, podría orientarme. Nada. Esta vez elegí la izquierda. Tras un par de pasos me di cuenta de mi error. Para llegar a tu destino siempre hay que hacer un giro a la derecha… Bueno, no en todo. Terminado todo, me dirigí a la estación.
We the people fight for our existence
We don't claim to be perfect
But we're free
We dream our dreams alone
With no resistance
Fading like the stars we wish to be
Esta vez sabía el camino de vuelta. Sin pérdida. Llegue a casa y recogí las maletas. Mi padre me ayudo a bajar el resto de encargos y me dijo eso que siempre dicen y deberían grabar en un cassette. “Ten cuidado. No vayas rápido. Si te pierdes, llámame”. ¡Eh, que soy despistado, pero tengo un límite! Vale, si tuviese un GPS conseguiría que se perdiese. Pero bueno, sigo por aquí. Puse la música y arranque.
Enola Gay, you should have stayed at home yesterday
Aha words can't describe the feeling and the way you lied
Si, ese avión debe ser mi coche y yo la Bomba H. Dirijámonos a Hiroshima. Cerré los ojos y respire hondo. No me gusta conducir. Más bien, lo odio. Así que para hacer 400 km tendría que tener paciencia. Adelante.
El viaje fue bien. En Logroño tomé un “bocadillo”, por llamarlo de alguna manera, de bacón con queso y una Coca-Cola. Menos de 5 min para el servicio y el engullimiento y de nuevo en ruta. Unos 150 km para Zaragoza. Mas de 300 para Barcelona. Mi corazón hace tiempo que se quedo allí, y por poco mi destino me había llevado a vivir allí. Pero no era donde iba. Tenía cosas que aclarar. El cielo descargo todas sus lágrimas a medida que mi sonrisa crecía. Llegue sin “problemas” al Infierno. Bueno, me perdí, pero solo durante un par de minutos. Un giro a la derecha (si, de nuevo) y de vuelta. Al llegar, espere encontrarme a Virgilio, pero solo me encontré con Cervero vigilando quien entraba en el pueblo. Ya una vez, sobre el papel, me quede en el tercer circulo del purgatorio junto a Virgilio y toda mi vida he vivido entre el purgatorio y el infierno, rozando con los dedos el paraíso. Entre en la casa y comencé a hacerla mía. Luz, agua, ventanas abiertas. Por ultimo, deshacer las maletas:
La ropa (no mucha, total, casi no saldría de casa), el dvd y las películas, la música y el papel para escribir. Solo me faltaba hacer la lista de la compra.
Ya había iniciado mi retiro.
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