Círculo de Confianza (8)

IZASKUN

Toda mi vida he tenido cierto tacto con mis profesores. Nunca he sido un gran estudiante (siempre he hecho lo mínimo para aprobar, y puedo decir con fortuna que ha sido muy pero muy poco), ni he sido de esa clase que se pasaba haciendo la rosca. Pero por lo que se ve he sido muy afortunado, bien sea por mi arrolladora personalidad o por mi irrechazable sonrisa (espero que la ironía haya sido captada) he ganado el corazón de muchos de ellos. Y este es el caso. Fue mi profesora el primer año de euskaltegi y en poco tiempo parece que me conoció. Solo tenia que mirarme para saber como estaba, y así fue el primer día de mi declive. Me miro a los ojos y me dijo: “Luego hablamos a la salida”. Desde entonces la he tenido más cariño del que ya la tenia, que no era poco. Mujer algo tosca y brutalmente sincera y con un corazón inmenso. La pobre tiene muchos problemas en su brazo, pero sabe que siempre que me necesita salgo corriendo para ayudarla. No podría ser de otra forma.