Círculo de Confianza (12)
MARIBEL
Dicen los cristianos que los caminos del Señor son inescrutables. No creo en ello, pero si que la vida tiene cosas cuanto menos curiosas. Llevo muchos años navegando por los insondables mares y jamás me entró el gusanillo de aparecer por esos profundos bosques del chat. Un día igual que otro cualquiera estaba intercambiando conocimientos con unos “amigos” cuando de improviso me llegó el mensaje de alguien advirtiéndome sobre la inminente llegada de un juego en nuevo formato. Llevaba ya casi medio año intentando que alguien me dejase ese juego. Por lo que se ve, esa persona estaba igual que yo. Una respuesta de agradecimiento dio comienzo a una serie de intercambio de opiniones más o menos jocosas. A partir de ahí, esa persona que apareció de improviso advirtiendo de una inminente llegada se coló en mi vida. Nos servimos de válvula de escape durante un tiempo, porque parecía que estábamos hechos para no estar contentos los dos a la vez. Ahora parece que estamos en nuestro mejor momento y me alegro de haberla conocido, aunque no sea personalmente. Este año le prometí que la visitaría y no me gusta faltar a mi palabra. Cada noche espero un simple “hola peque” para saber que todo va bien y aunque no nos digamos mucho mas durante ese día, no importa porque nos quedan otros días. Gracias por tu paciencia Piki.
Dicen los cristianos que los caminos del Señor son inescrutables. No creo en ello, pero si que la vida tiene cosas cuanto menos curiosas. Llevo muchos años navegando por los insondables mares y jamás me entró el gusanillo de aparecer por esos profundos bosques del chat. Un día igual que otro cualquiera estaba intercambiando conocimientos con unos “amigos” cuando de improviso me llegó el mensaje de alguien advirtiéndome sobre la inminente llegada de un juego en nuevo formato. Llevaba ya casi medio año intentando que alguien me dejase ese juego. Por lo que se ve, esa persona estaba igual que yo. Una respuesta de agradecimiento dio comienzo a una serie de intercambio de opiniones más o menos jocosas. A partir de ahí, esa persona que apareció de improviso advirtiendo de una inminente llegada se coló en mi vida. Nos servimos de válvula de escape durante un tiempo, porque parecía que estábamos hechos para no estar contentos los dos a la vez. Ahora parece que estamos en nuestro mejor momento y me alegro de haberla conocido, aunque no sea personalmente. Este año le prometí que la visitaría y no me gusta faltar a mi palabra. Cada noche espero un simple “hola peque” para saber que todo va bien y aunque no nos digamos mucho mas durante ese día, no importa porque nos quedan otros días. Gracias por tu paciencia Piki.
Etiquetas: Familia
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